
Las carillas estéticas dentales son uno de los tratamientos más demandados para mejorar a nivel estético. ¿En qué casos se usan? ¿De qué tipos son? Resolvemos estas cuestiones en las siguientes líneas.
A modo de resumen introductorio, podemos decir que las carillas dentales son pequeñas y finas láminas que van pegadas en la parte externa de los dientes con un cemento o resina especial. De este modo quedan fijadas de manera firme y segura. Se emplean para corregir, por ejemplo, el esmalte desgastado de los dientes, la alineación de piezas desiguales, la separación entre dientes, las decoloraciones, las roturas o las grietas.
Como decimos, el fin es meramente estético. Es decir, no resuelven problemas bucodentales que pueda haber. De hecho, en la Clínica Dental Padrós siempre recomendamos solucionar posibles problemas en la dentadura antes de colocar las carillas.
Tipos de carillas dentales en función del material
Carillas de composite
Están hechas a base de una resina acrílica que hace las veces de matriz. También incluyen partículas de cerámica que confieren resistencia y apariencia. Estas carillas se colocan directamente sobre el diente aplicando capas de composite. Este material se endurece utilizando luz ultravioleta hasta conseguir la forma necesaria. El proceso de colocación es rápido y se puede ajustar el color y la forma. Son más económicas que las de porcelana pero tienen una vida útil inferior.
Carillas de porcelana
Están fabricadas a partir de una cerámica de vidrio reforzada, por lo general, con un material llamado leucita. También se usan aluminosas o vitrocerámicas. Estas carillas se fabrican a medida a partir del molde de los dientes del paciente. Se colocan sobre la dentadura con un adhesivo de gran potencia. Son de un color y apariencia más natural y parecida al esmalte natural y son altamente resistentes. Su color se mantiene estable a lo largo del tiempo. No se pueden reparar en caso de rotura y pueden afectar a la sensibilidad dental porque, como paso previo, se elimina una pequeña parte del esmalte.
En base a lo anterior, queremos dejar claro que no quiere decir que un tipo de carilla sea mejor que otro. Todo dependerá de las particularidades de cada caso y de la evaluación que haga el odontólogo.